Padres separados, ¿niños/as infelices?

Padres separados ¿como afecta a los hijos?

 Vamos a separarnos y ahora…
  • ¿Cómo le doy la noticia a mi hijo/a?
  • ¿Será un trauma para él?
  • ¿Llevará bien la separación?
  • ¿Será infeliz?
  • ¿Se sentirá dividido?
  • ¿Cómo le va a afectar este proceso de separación?

 

 

Cuando la decisión está tomada, «nos separamos«, empieza un camino lleno de incertidumbre. A menudo, incluso antes de tomar la decisión aparecen las primeras preguntas: ¿cómo ésto afectará a nuestros hijos/as?

Normalmente, los hijos/as desean que sus padres se mantengan juntos, por lo que cuando se produce la separación presentan sentimientos encontrados e inestabilidad emocional. En algunos casos, junto a esto, la adaptación personal a un nuevo entorno, hace que la situación sea emocionalmente difícil. En otros casos, los niños/as pueden llegar a sentirse aliviado si en casa se presenciaban muchas peleas, ya que se pone fin a un período de conflictos.  Pero sobre todo, en ambos casos, la clave para prevenir sentimientos de culpa está en la manera en que se aborda y se comunica a los hijos/as el tema.

Una separación conlleva cambios emocionales tanto en los adultos que toman la decisión, como en los hijos/as, pero la felicidad de un niño/a no depende de que los papás-mamás estén juntos o serpados. Los niños/as pueden criarse con padres separados, tener un solo papá o mamá, estar en una familia tradicional o hacerlo en una familia reconstituida, sin que presenten el mayor problema emocional. Si bien es cierto que los CAMBIOS que se producen tras una separación van a «tocar» de alguna manera al niño/a, éste puede crecer sano y feliz siempre y cuando sus necesidades, fisicas y emocionales, estén atendidas. Por ello, el esfuerzo ha de ir encaminado a la atención y cuidado emocional.

La separación es una pérdida, una pérdida de la familia que era antes, por lo que puede ser dolorosa para todos los miembros de la familia. En el niño/a será necesario un tiempo para volver al equilibrio normal. En este tiempo la posición física y emocional del padre/madre será importante para:

  1. Comunicar la noticia al niño/a. Explicar la separación al niño/a es fundamental, pero hay que hacerlo en términos que el niño/a entienda (dependerá de la edad). tampoco es recomendable contarles todo lo que «a nuestro juicio de adultos» ha provocado la separación. No se trata de ocultar información pero sí de comunicar solo aquello que el niño/a es capaz de gestionar. Normalmente los temas de adultos no son fáciles de entender y digerir para los hijos/as por lo que se deben quedar para amigos o familiares.
  2. Respetar la imagen que el niño/a tiene sobre el otro progenitor. Muchas veces estamos tentados a expresar aquello que pensamos de nuestra ex-pareja, pero no olvidemos que esto responde a nuestra visión adulta y a temas de pareja. Por ello, conviene respetar  la imagen que el niño/a tiene del otro progenitor, siempre que su bienestar esté asegurado. De lo contrario el niño/a podria experimentar sentimientos de culpa y sentirse «dividido».
  3. Re-organizar el ambiente. Se trata de crear un «nuevo» espacio que le de seguridad al niño/a. Es importante que tenga algún objeto conocido y familiar.
  4. Atender a la emocionalidad del niño/a. Es importante estar atentos a la emocionalidad del niños/a, es decir, prestar atención a los cambios emocionales de nuestro/a hijo/a,  los silencios, las explosiones descontroladas, etc. Para ello es importante: mirar, abrazar, dejar espacio y preguntar. Hay que traspasar la barrera del miedo a preguntar y a contar.
  5. Desarrollar la paciencia. En esta época será importante desarrollar la paciencia ya que los cambios emocionales tanto en los niños/as como los adultos pueden estar a la «orden del día» y pueden provocar inestabilidad familiar. Esto no quiere decir pasar por alto las normas o los límites, sino que se pongan con amor y adaptándolas a la nueva situación.
  6. Dejar espacios para la expresión. Permitir expresar la rabia, el llanto, etc.

Todo esto es importante, pero lo que sucede antes en los adultos es de obligada atención, de lo contrario será imposible realizar estos pasos de manera adecuada. En este sentido, los papás y mamás tienen que atender a su propio proceso de «pérdida» para poder estar bien con los hijos/as. Atender a este proceso es cuidarse, respetarse y expresar lo que sienten con amigos, familiares o asistiendo a un proceso terapéutico.

Un niño/a de papás/mamás serparados/as NO es infeliz, es un niño/a que necesita que se le explique lo que está pasando de manera que lo pueda entender su corazon y su razón.

Raquel Bañuls.

Directora EDIpsicólogos.

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