Llegan las vacaciones y… ¿qué hacemos con los/las niños/as?
Cuando llegan las vacaciones en todos los hogares surge esta pregunta. Algunas familias recurren a familiares: abuelos/as, tíos y tías. Otras familias inscriben a sus hijos/as en campamentos, escuelas de vacaciones, academias o clases particulares. Hay familias que combinan todo lo anterior. Para tomar esta decisión entran en juego: los recursos económicos y sociales disponibles, los gustos y preferencias de los niños/as, la oferta de actividades y la disponibilidad horaria entre otros.
Lo cierto es que estos periodos provocan constantes preguntas y desajustes en las familias.
- ¿Es mejor ocupar todo el tiempo en tareas?
- ¿Es conveniente que dejen apartados los deberes y que disfruten de tiempo libre?
- ¿Hay que buscar actividades académicas o de ocio?
- ¿Cómo podemos compaginar tiempo libre y tareas?
- ¿Es conveniente que no rompan las rutinas que siguen durante el periodo escolar?
- ¿Es bueno que vayan a las escuelas de vacaciones?
- ¿Es importante que los padres/madres estén presenten en las actividades de vacaciones o es mejor que disfruten con otros niños/as?
Hay varios aspectos que debemos tener en cuenta antes de organizar esos periodos vacacionales. Es fundamental:
- La organización placentera. Vacaciones no es sinónimo de «caos«.
- El tiempo de vacaciones no puede ser igual al tiempo de «colegio«. Tiene que haber rutinas y tareas pero no pueden ser igual que durante el curso escolar.
- Tener en cuenta los intereses, gustos y preferencias del niño.
- La importancia de los iguales: es un momento en que los/as niños/as pueden establecer nuevas relaciones sociales, aprender a ser más autónomos y nuevas herramientas socio-emocionales.
- La importancia de la familia: motor para el crecimiento personal que comparte no solo las tareas sino también los momentos placenteros en donde ser habla de gustos, preferencias, juego y nuevas normas.
- El tiempo para:
- El placer y a la experimentación.
- Disfrutar de la familia.
- Disfrutar de las tareas (aprender a disfrutar del trabajo y la tarea incorporando fuentes placenteras).
El periodo vacacional no solo sirve para preguntarnos ¿qué hacemos con los niños/as? Debe ser un periodo en el que nos preguntemos ¿cómo puedo disfrutar de mis hijos/as? ¿Cómo puedo disfrutar y que disfrute de mi compañía? Un momento para acercarnos, conocer y dejar que los hijos/as nos conozcan.
Sin lugar a dudas es importante:
- Crear rutinas entre y para toda la familia. Un momento para consensuar gustos y preferencias con tareas y autonomía.
- Dejar espacio para el placer, la improvisación y la creatividad.
- Incorporar momentos familiares, que durante el periodo «frenético» escolar/laboral no se pueden planificar.
- Aprender nuevas maneras de organizar y planificar el tiempo en general ya que esto nos sirve como aprendizaje para el resto del año.
- Establecer nuevas relaciones con iguales mediante las escuelas de verano, campamentos u otras actividades lúdico -educativas.
En definitiva dejar espacio para continuar «educando«. La educación no cierra por vacaciones y podemos aprovechar este periodo para hacer una educación más consciente y más cercana a los/as hijos/as.
Raquel Bañuls.
Directora Edi psicólogos.
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