5 REGALOS EMOCIONALES en Navidad
Estamos ya en diciembre y, como cada año, las calles se han vestido de luces y adornos. Los paseos por pueblos y ciudades se convierten en sensaciones de colores, olores y matices diferentes. Nos encontramos con: la magia de la Navidad.
La navidad es un momento de reuniones familiares, de cultivar la esperanza, la generosidad, la humanidad, del dar y recibir. Un momento para el amor y la reflexión. Da igual que sea Papá Noel o los Reyes Magos, los camellos o los renos, el árbol o el Belén… Lo importante es celebrar con la familia y los amigos este pequeño respiro del año en el que lo importante siempre es la expresión de buenos sentimientos y de nuevos propósitos para el nuevo año. Son unas fiestas que nos ponen en contacto con “nuestro/a niño/a interior”. Ese niño/a lleno de ilusión, de esperanza y lleno de fantasía que espera impaciente los regalos de Navidad.
Sin embargo, toda esto puede contener la otra cara de la moneda. Es decir, la ilusión por los regalos se puede convertir en un consumo excesivo marcado por valores contrarios. En este caso podríamos hablar de regalos consumistas, despersonalizados o de regalos vacíos que son abandonados y olvidados después de la Navidad. En esta otra cara también aparecen los/las padres/madres que utilizan la navidad como una forma de “juicio anual” sobre el comportamiento de los niños/as. Manipulan de esta forma las emociones de sus hijos, condicionando la cantidad de regalos (materiales) que los más pequeños reciben según su comportamiento y volviéndose éstos en una moneda de «premio» o «castigo» en Navidad. Por este motivo, es también significativo la «cantidad» de regalos materiales presentes en Navidad, unidos al consumo, a la acumulación y, al disfrute individual y momentáneo junto con la ausencia de regalos emocionales.
Pero, ¿qué son los regalos emocionales?
Los regalos emocionales empiezan por «darse cuenta de que la magia de la Navidad no gira en torno a la cantidad de regalos que recibimos si no que va más allá de eso«. Cómo decíamos anteriormente a través de los «regalos» podemos aprender y generar valores «de Navidad» como el dar y recibir, disfrutar, agradecer y amar, entre otros. Valores que luego se «quedan» en nosotros como una huella en el corazón y en el alma para el resto del año. Los regalos emocionales son entonces los que «llenan» de contenido nuestra alma.
Para hacer un regalo emocional debemos tener en cuenta los siguientes criterios:
- Amor que le muestras y expresas a través de ese regalo.
- Vínculo compartido en la realización del regalo emocional (entre padre-madre e hijos/as o educadores-niños/as, etc.).
- Tiempo dedicado a la búsqueda y/o construcción del regalo emocional.
- Cuidado puesto en entregar los regalos. La manera en que se dan los regalos puede ser en sí un regalo emocional. Por ejemplo: llenar la habitación con globos y en cada uno de ellos escribir un mensaje con las características del regalo para que lo adivine o con deseos para el nuevo año.
- Aceptación incondicional del niño/a tal y como es. Los mensajes que le estamos dando de él mismo/a a través de ese regalo.
Siguiendo estos criterios os «regalamos» estos 5 regalos emocionales que podéis hacer a vuestros/as hijos/as estas Navidades:
- Una tarjeta o una carta con algo especial escrito, dibujado o construido en ellas.
- Un vídeo o foto-montaje de momentos importantes en su vida.
- Un momento en familia. En donde toda la familia comparte una actividad (parque de atracciones, zoo, montaña, etc.) y al finalizarla todos expresan cómo se han sentido y que se llevan de ese regalo.
- Un regalo «material» con significado emotivo y simbólico para el niño/a. Por ejemplo: un barco porque eso era lo que construía el niño/a con su abuelo.
- Construir una caja-casa para que los niños/as y el papa/mama puedan acudir a ella cuando se encuentren tristes, cansados o enfadados y contarlo.
Estos regalos promueven el dar y disfrutar de todo ello sin importar lo grande o caro del regalo, ofrecen valor emocional y simbólico, una manera más de entregar cariño y de fortalecer los vínculos y la autoestima de aquellos que tenemos cerca. La Navidad nos puede enseñar y entregar mucho más que un regalo comprado en una tienda.
No debemos olvidar tampoco que una vez el niño ha recibido los regalos de Navidad es muy positivo que los padres/madres dediquen un tiempo para jugar y disfrutar con sus hijos/as. Este acto permite reforzar los lazos emocionales y la autoestima tanto de los padres como de los hijos. Puede parecer un juego, pero a menudo el mejor regalo que podemos dar es nuestra presencia de modo que tan solo con estar con tu hijo/hija e interactuar con ellos puede significar todo y su mejor regalo.
Espero que puedan coger algunas ideas para regalar a sus seres queridos e hijos/as algunos de los regalos emocionales y que disfruten y aprendan, observando sus reacciones.
Feliz Navidad y felices fiestas 😉
Equipo EDI psicólogos
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