Aprender a querernos bien: el amor existe

En estas fechas, con motivo de San Valentín, cuando el amor se respira por todos lados, lanzamos estas reflexiones.

Muchas veces nos centramos en esperar que la otra persona cubra nuestras necesidades. Creamos expectativas, esperamos lo que el otro “debería” hacer. Tenemos la idea de buscar y encontrar a nuestra otra mitad, esa otra persona que viene a completarnos y permitirnos sentirnos enteros. John Lennon lanzó una gran reflexión sobre esto: “nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie merece cargar en la espalda la responsabilidad de completar lo que nos falta”.

Y es que, al final, yo conmigo también puedo ser feliz. quiereme_entera

El amor es sacrificio, el amor es entrega,  el amor es incondicional, el amor es dar para recibir… Estos estilos afectivos invitan  al amor tóxico, a la dependencia emocional insana, al egoísmo individual, y en este cauce tan amplio se cuela el sufrimiento,  generando en el otro mucho padecimiento, incluso, alteraciones psicológicas como la ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, vacío existencial, crisis de identidad o pérdida del sostén propio.

Estas creencias sólo reflejan inseguridades en mi propio YO, en quién soy, qué quiero de mí, ¿realmente necesitamos a otra persona para sentirnos enteros?, ¿debemos pensar que tan solo con esa persona encontraremos la felicidad?.  Somos seres sociales, y nos complementamos los unos a los otros a lo largo de nuestro ciclo vital, pero si yo no cubro mis propias necesidades no puedo esperar que el otro lo haga por mí. Existe una diferencia en la forma de emplear la palabra NECESIDAD, porque lo que realmente reflejamos es ADICCIÓN. Tu mayor necesidad eres TÚ.

Conseguir relacionarnos de una manera más tranquila y sencilla es un amor sano. Y esto, ayudará a sentirnos afectivamente mejor. Es importante fomentar un estilo de vida orientado a la interdependencia psicológica, social y emocional SIN dejar de amar como nos han hecho creer.

Aquí os proponemos tres principios a seguir para conseguir esa interdependencia afectiva.

El primer principio es la EXPLORACIÓN. Busca qué te hace feliz, conoce tus puntos fuertes, aquello que te gusta hacer, aquello que se te da bien, trabájalo, valóralo y compártelo con las personas que te rodean. Conocerte a TI mismo para poder dejar que los demás te conozcan tal y como eres.

El segundo principio es el de AUTONOMÍA. Aprende a sostenerte. Tener tu propio espacio, compartirlo con aquellos que eliges.

Y el tercer principio es  el de  ENCONTRAR ELSENTIDO DE VIDA. Poderse alejar de lo frívolo, acercándote a aquello que te causa placer, aquello que te ofrece nuevas emociones, que te permite explorar sensaciones en todo tu cuerpo. Buscar un motivo por el que alegrarte todos los días, sin darle más importancia a lo que hacen o dejan de hacer los demás. Adoptar una actitud frente a la vida, estando enérgicamente decidid@ a cumplir tus deseos.

Dejar atrás la adicción afectiva supone aprender a amar mejor. Somos mucho más que espos@s o novi@s. Aumenta tus oportunidades de felicidad, encuentra y disfruta de todas  tus posibilidades. Cuando logramos una madurez afectiva  el acto de amar nos hace grandes, obtenemos ese punto en el que el amor existe y deja vivir.

¡Aprendamos a querernos bien!

Tamara Martínez Farinós

Equipo Edipsicologos

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